Hemos querido que sea este nuestro primer artículo porque entendemos que es la base fundamental en la que apoyarnos para entender el comportamiento de nuestros perros sean de la raza que sean y establecer los mecanismos que nos garanticen una relación permanente, sólida y de confianza con nuestro compañero de cuatro patas.
La relación con nuestros perros debe ser una relación de confianza, en la que con el tiempo y una metodología de “trabajo” constante nos permita disfrutar con plenas garantías. Durante mucho tiempo adiestradores utilizaron el castigo físico como una herramienta más de aprendizaje. Afortunadamente esa metodología obsoleta y arcaica que no produce en el perro más que inseguridad y miedo ha ido cambiando a metodologías opuestas, que tienen como objeto la recompensa positiva de conductas que queremos que se mantengan y tiendan a repetirse.
Los perros son animales inteligentes, actúan y tienden a repetir o no conductas por asociación mediante condicionamiento operante y condicionamiento clásico. Así será más probable que nuestro perro repita una conducta cuando esa conducta conlleve una consecuencia positiva o refuerzo positivo y, por el contrario, tenderá a desaparecer cuando la consecuencia sea neutra o negativa.
Ponemos un par de ejemplos para aquellos que sois neófitos en el mundo del perro.
Ejemplo de CONDICIONAMIENTO OPERANTE en perros
Sueltas a tu perro en el campo en el que hay infinidad de estímulos, tu perro se encuentra inmerso en olores y rincones que recorrer, le llamas porque se ha alejado demasiado y este acude hasta donde tú estás, seguís caminando y el perro vuelve a alejarse, le vuelves a llamar pero esta vez ya no viene y tarda unos minutos hasta que se acerca tu lado.
Sólo repitiendo la secuencia 2 el perro tendrá interés en volver a tu lado (que es lo que pretendes cuando lo llamas), mientras que con la 1 dependerá de lo fuerte que sean los estímulos a su alrededor: olores, otros perros, coches, etc. Y con la 3 evitará venir porque tal vez lo riñas, o venga temeroso esperando que su dueño le riña.
Es uno de los casos más habituales en dueños de perros, no han trabajado la llamada y cuando en una situación de peligro (se acerca un coche a gran velocidad) le llaman al perro y éste no acude encima se lleva una reprimenda, aprendiendo justamente todo lo contrario a lo que debería. Después de una llamada --> reprimenda (refuerzo negativo).
Ejemplo de CONDICIONAMIENTO CLÁSICO en perros
Estás en el salón de casa viendo la tv y de repente ves que tu perro se ha hecho pis, le riñes y lo metes en un trasportín que tienes por casa mientras le gritas ¡castigado! Unos días más tarde tienes que hacer un viaje y llamas a tu perro para que entre en el trasportín pero éste no quiere pasar, así que nuevamente le riñes mientras le metes a la fuerza.
Así el perro aprende que entrando en el trasportín vamos a jugar, me dan premios, es un lugar tranquilo donde puedo entrar a descansar, etc o a todo lo contrario, ¡está en vuestras manos!
Existe un dicho popular “Por el interés baila el perro”. Evidentemente el perro no tiene ningún interés en “bailar”, pero si en el refuerzo positivo (comida, caricias, juegos) que se le da inmediatamente después de realizar la conducta de “bailar”.
Muchas veces atribuimos a nuestros perros inteligencia, cuando en realidad lo único que hacen es asociar estímulos y conductas. Otro ejemplo de condicionamiento clásico.
Llegas a casa después de trabajar y tu perro está en la puerta de casa moviendo el rabo. ¡Qué listo! Es cierto que es listo, ha asociado el ruido de las llaves mientras las buscas con que inmediatamente después, tú entrarás por la puerta! ¿Es o no es listo? Ha asociado el ruido de las llaves con algo positivo, su dueño ha vuelto a casa.
Entender este método de aprendizaje es la herramienta para enseñar a tu perro, entender cómo actúa y corregir conductas en caso necesario. Son en un alto porcentaje nuestras conductas las que desencadenan las conductas de nuestros perros, así que antes de mirar al perro, mirémonos a nosotros primero y tal vez encontremos el origen del comportamiento de nuestros perros.
La relación con nuestros perros debe ser una relación de confianza, en la que con el tiempo y una metodología de “trabajo” constante nos permita disfrutar con plenas garantías. Durante mucho tiempo adiestradores utilizaron el castigo físico como una herramienta más de aprendizaje. Afortunadamente esa metodología obsoleta y arcaica que no produce en el perro más que inseguridad y miedo ha ido cambiando a metodologías opuestas, que tienen como objeto la recompensa positiva de conductas que queremos que se mantengan y tiendan a repetirse.
Los perros son animales inteligentes, actúan y tienden a repetir o no conductas por asociación mediante condicionamiento operante y condicionamiento clásico. Así será más probable que nuestro perro repita una conducta cuando esa conducta conlleve una consecuencia positiva o refuerzo positivo y, por el contrario, tenderá a desaparecer cuando la consecuencia sea neutra o negativa.
Ponemos un par de ejemplos para aquellos que sois neófitos en el mundo del perro.
Ejemplo de CONDICIONAMIENTO OPERANTE en perros
Sueltas a tu perro en el campo en el que hay infinidad de estímulos, tu perro se encuentra inmerso en olores y rincones que recorrer, le llamas porque se ha alejado demasiado y este acude hasta donde tú estás, seguís caminando y el perro vuelve a alejarse, le vuelves a llamar pero esta vez ya no viene y tarda unos minutos hasta que se acerca tu lado.
- Llamada + el perros se acerca (conducta) = Indiferencia del dueño (refuerzo neutro, no hay refuerzo)
- Llamada + el perro se acerca (conducta) = El dueño premia con (comida, juego, una caricia…) refuerzo positivo
- Llamada + el perro se acerca después un tiempo = El dueño lo riñe porque ha tardado en venir (refuerzo negativo)
Sólo repitiendo la secuencia 2 el perro tendrá interés en volver a tu lado (que es lo que pretendes cuando lo llamas), mientras que con la 1 dependerá de lo fuerte que sean los estímulos a su alrededor: olores, otros perros, coches, etc. Y con la 3 evitará venir porque tal vez lo riñas, o venga temeroso esperando que su dueño le riña.
Es uno de los casos más habituales en dueños de perros, no han trabajado la llamada y cuando en una situación de peligro (se acerca un coche a gran velocidad) le llaman al perro y éste no acude encima se lleva una reprimenda, aprendiendo justamente todo lo contrario a lo que debería. Después de una llamada --> reprimenda (refuerzo negativo).
Ejemplo de CONDICIONAMIENTO CLÁSICO en perros
Estás en el salón de casa viendo la tv y de repente ves que tu perro se ha hecho pis, le riñes y lo metes en un trasportín que tienes por casa mientras le gritas ¡castigado! Unos días más tarde tienes que hacer un viaje y llamas a tu perro para que entre en el trasportín pero éste no quiere pasar, así que nuevamente le riñes mientras le metes a la fuerza.
- El trasportín es un estímulo neutro (no produce ninguna reacción en el perro) pero si se asocia con algo negativo, refuerzo negativo (una riña) se convierte en un elemento negativo para el perro.
- El trasportín es un elemento neutro pero si se asocia con algo positivo, refuerzo positivo (un premio, un viaje corto y juegos en el parque, etc) se convierte en un elemento positivo.
Así el perro aprende que entrando en el trasportín vamos a jugar, me dan premios, es un lugar tranquilo donde puedo entrar a descansar, etc o a todo lo contrario, ¡está en vuestras manos!
Existe un dicho popular “Por el interés baila el perro”. Evidentemente el perro no tiene ningún interés en “bailar”, pero si en el refuerzo positivo (comida, caricias, juegos) que se le da inmediatamente después de realizar la conducta de “bailar”.
Muchas veces atribuimos a nuestros perros inteligencia, cuando en realidad lo único que hacen es asociar estímulos y conductas. Otro ejemplo de condicionamiento clásico.
Llegas a casa después de trabajar y tu perro está en la puerta de casa moviendo el rabo. ¡Qué listo! Es cierto que es listo, ha asociado el ruido de las llaves mientras las buscas con que inmediatamente después, tú entrarás por la puerta! ¿Es o no es listo? Ha asociado el ruido de las llaves con algo positivo, su dueño ha vuelto a casa.
Entender este método de aprendizaje es la herramienta para enseñar a tu perro, entender cómo actúa y corregir conductas en caso necesario. Son en un alto porcentaje nuestras conductas las que desencadenan las conductas de nuestros perros, así que antes de mirar al perro, mirémonos a nosotros primero y tal vez encontremos el origen del comportamiento de nuestros perros.