Es verdad que un perro nace, soy defensor convencido de que la herencia genética del carácter tiene un papel fundamental y de soporte para lo que venga después pero, es evidente, que el perro también se hace. Es esa combinación la que nos da como resultado nuestro perro, el que tenemos, el que nos ha tocado y hemos creado. Al que queremos.
Así, que ni todos aquellos que piensan que su perro es perfecto, ni tampoco aquellos que tienen algún problemilla con su perro son los responsables de ello. Ni todo lo contrario.
Las personas somos muchas veces egoístas y egocéntricas, trasladando nuestros logros y nuestras decepciones con nuestros perros según nos convenga. Cuando traemos a casa un cachorro ponemos en él muchas expectativas (algo que es bueno) pero debemos estar a la altura de las necesidades de nuestro perro a medida que vaya creciendo y aceptar los límites naturales que tenga. Puedes estar contento con tu perro porque has conseguido sacarle el 100% de su potencial. Si te lo da TODO, no puedes o mejor dicho, no deberías pedirle más porque lo único que conseguirás al hacerlo será frustrarte tú y frustrar a tu perro. Debilitando una relación que debería ser férrea e inquebrantable. Conocer sus límites y los tuyos es parte esencial en la relación con tu perro. Tú mejor que nadie debería conocerle.
Me apena ver como muchos perros que trabajan en diferentes disciplinas no son premiados como se merecen cuando son sus guías los que las más de las veces cometen los errores. Si el perro ha hecho lo que le has pedido premia su trabajo bien hecho, él ha cumplido. Hacer obediencia o agility con un beagle o un teckel, es ya una recompensa a un trabajo previo, no le puedes exigir a ese beagle que trabaje como un border collie o un malinois porque son perros diferentes y tiene límites diferentes, como no puedes pedir a ese teckel que corra como un sheltie porque ya sólo morfológica y anatómicamente son distintos. Dicho así parece que sólo algunas razas están preparadas para destacar en algunas disciplinas y lógicamente así es. Nunca vi un basset hound saltar en agility y si alguno lo hace alguna vez, no creo que llegue a ser competitivo así como tampoco creo que fuera bueno para su salud, aunque esto es ya otro tema. Entonces ¿eligiendo una raza lo tengo todo hecho? Ni muchísimo menos, lo primero es que dentro de la misma raza hay individuos que son más aptos para una disciplina que otros y lo segundo, falta el trabajo que hagas tú como guía con tu perro.
Me llevo el tema hasta las competiciones de agility porque aquí se pueden ver muchas frustraciones de guías con sus perros. Si tienes un border collie (uno de los perros más inteligentes que hay) ¿cómo no eres capaz de enseñarle un quieto y que te aguante en la salida?¿No será que igual le estás fallando como guía?
Mis propios perros tienen límites diferentes porque el entrenamiento que han recibido desde cachorros ha sido diferente, al margen del potencial (natural) de cada perro. Hermanos de camada de mis perros han estado en campeonatos de España de RSCE y Campeonatos del Mundo FCI, mientras el mío conseguía el Campeonato de España de Belleza por la RSCE. Y aquí desmitificamos un poco aquello de las líneas de belleza o de trabajo ¿torpes y bonitos vs feos y veloces? Creo que no. Cierto que una vez terminado el campeonato esto haciendo agility con él, cierto que no está al nivel que lo están mis otros perros que han jugado en las pistas desde cachorros y que nunca estará al nivel de su hermana mundialista, sólo por una cosa, porque yo no soy mundialista y él no es su hermana. Aun así nos divertimos y tenemos margen de mejora, con eso nos basta.
Trabajar con un perro para una disciplina implica un estilo de vida del perro y un estilo de vida para con el perro. Esto hay que entenderlo, porque luego llegan las decepciones y las frustraciones. Tener un buen perro (carga genética) y trabajar bien (que no es lo mismo que sólo trabajar) con el perro nos da posibilidades de éxito en esa disciplina. Divertirte, trabaja y disfruta con tu perro siempre, sea de la raza que sea, pero siendo consciente de sus límites y del trabajo previo con él, eso… ¡En cualquier nivel y en cualquier situación!